El Maestro

Si hay alguien en Argentina que supo hacer de sus clases, espacios de conocimiento e intercambio para el despertar vocaciones científicas, ese fue Bernardo Houssay. Lejos de caer en egoísmos, él compartió su acervo intelectual con jóvenes, provenientes de diferentes lugares del país y del mundo, ávidos de transformarse en prometedores profesionales de la ciencia. Por estas particularidades fue un mentor excepcional que desafió y elevó el potencial y talento de sus discípulos, tanto a nivel personal como profesional.

Houssay se dedicó a la enseñanza universitaria desde los 23 años y, cuando por cuestiones políticas no pudo ejercer la docencia, impartió sus conocimientos desde el Instituto de Biología Experimental. Desde allí, bregó por la modernización de la enseñanza universitaria y la incorporación de la investigación experimental al estudio de la Medicina. Entre sus logros, están el de haber sido el principal propulsor del sistema de dedicación exclusiva e influir en el desarrollo y enseñanza de la Fisiología, la Histología, la Bioquímica y la Farmacología. Una muestra de ello es el libro “Fisiología Humana” que fue traducido a distintos idiomas e integró los planes de estudio de la carrera de Medicina durante cincuenta años.

La impronta de Houssay en la enseñanza de la ciencia fue tan importante en sus discípulos, que se habla de la “Escuela Houssay”. Él despertó vocaciones científicas en cientos de estudiantes. Logró formar a gran cantidad de discípulos que luego fueron docentes o investigadores, muchos con renombre internacional, entre ellos el Dr. Luis F. Leloir, Premio Nobel 1970.